Desde el punto de vista de la Neurociencia Osteopática Integral, los patrones corporales tensionales son patrones de tensión bioeléctricos contenidos y retenidos en los tejidos (musculoesquelético, fascial, órganos, etc), en el campo fluídico del cuerpo (campo bioeléctrico del cuerpo) o en sus campos fluídicos embriológicos ( patrones bioeléctricos embriológicos).
Cualquier tejido y órgano del cuerpo es un campo fluídico anatómico con una determinada densidad, tensión y actividad bioeléctrica y metabólica. Estos campos fluídicos anatómicos se generan a partir de los patrones bioeléctricos de desarrollo embriológico que crean la forma y la función. Estos patrones bioeléctricos no sólo tienen su función durante el desarrollo embriológico, sino que su actividad es también crucial para la función fisiológica y metabólica del cuerpo, durante el crecimiento. y posteriormente, son críticos en la regeneración y reparación de los tejidos. El campo fluídico bioeléctrico del cuerpo está estructurado y configurado como una matriz bioeléctrica de Salud. Esta matriz bioeléctrica de Salud es Inteligente, es como un "sofware de vida" y gobierna el desarrollo de la forma y la función. Está dirigida por espacios embriológicos bioeléctricos que generan gradientes eléctricos, que dan origen a los patrones bioeléctricos de desarrollo embriológico. Estos patrones bioeléctricos de desarrollo crean, organizan, e informan a los diferentes campos fluídicos anatómicos, es decir, tejidos, órganos y sistemas fisiológicos.
En numerosas ocasiones y por diferentes motivos prenatales, perinatales o de la infancia, estos patrones bioeléctricos de desarrollo no se han podido expresar en su máximo potencial, por lo que tanto, el crecimiento, como la capacidad fisiológica y metabólica de los campos fluídicos anatómicos están disminuídos, y la salud no puede manifestarse totalmente. Es el origen de los patrones corporales tensionales primarios, es decir aquellos que se inician en los estadios iniciales de la vida y que alteran más la relación estructura y función.
Al final de la adolescencia, y por lo tanto al final del crecimiento, tienen lugar los que denomino patrones corporales tensionales secundarios. Son aquellos que también pueden alterar la función, pero no tanto la estructura (forma).
Tanto los patrones corporales tensionales primarios como secundarios pueden ser causados por agentes estresantes físicos, tales como traumas, sobrecargas físicas y/o posturales, estímulos excesivos electro magnéticos, etc, por agentes estresantes nutricionales, exceso, carencia e intoxicación, en donde incluyo en este último la contaminación medioambiental química, y habitualmente asociados a agentes estresantes psicoemocionales.
Uno de los motivos más frecuentes de la perpetuación de estos patrones corporales tensionales es consecuencia de la alteración del campo bioeléctrico de los tejidos o del campo fluídico bioeléctrico del cuerpo. Este campo fluídico bioeléctrico del cuerpo es un Living System Inteligente, y su falta de potencia o déficit de comunicación dificulta y modifica la expresión de la actividad de salud inherente físico-química o metabólica presente en el cuerpo. Este Sistema Biológico de Salud Inherente es tan importante para la salud del individuo, que si no funciona correctamente, se produce una reducción de la capacidad autoreparativa y autoreguladora del organismo (homeostasis).
Los patrones corporales tensionales son producto de nuestras experiencias significativas en la vida, al menos desde la concepción hasta la muerte. Somos nuestras experiencias.
El cuerpo es un continuo de materia, mente y conciencia, por lo que estos patrones tensionales reflejan la totalidad del individuo.
Todavía podemos ir más allá, y decir que la calidad y la dinámica de estos patrones corporales particulares, e incluso sus formas, son una expresión de nuestra individualidad.
Los patrones bioeléctricos tensionales se pueden nombrar de diferentes maneras, todas ellas manifiestan características; patrón disfuncional, de resistencia, inercial, de tensión fluídica, de retención de energía, de experiencia, condicionado…etc. Además es importante subrayar que estos patrones bioeléctricos pueden afectar a los diferentes niveles de organización corporal: a nivel celular, tisular, fluídico y el nivel bioenergético, y evidentemente pueden interaccionar entre ellos.
Afrontar situaciones estresantes a nivel físico, emocional y mental provoca que los los campos bioeléctricos de los tejidos y de los fluídos se tensen, se compriman y se cierren; mecanismo natural de defensa. Y por lo tanto, dejen de comunicar con el medio interno y el externo.
En condiciones normales, una vez pasada la experiencia estresante, estos patrones corporales tensionales normalizan su estado de tensión bioeléctrica o contracción, su forma y su dinámica. Pero cuando el nivel de salud local o general del paciente es deficitario, su estructura psicológica inestable y, la intensidad, la velocidad y el tiempo de exposición del estímulo estresante sobrepasan la capacidad de adaptación de los tejidos, de los campos fluídicos bioeléctricos del individuo, se crean estos patrones corporales tensionales. Se quedan grabados en una zona determinada del cuerpo, en forma de memorias. Son circuitos eléctricos, como en el cerebro, que crean reflejos posturales neuromusculares, neurosensoriales, neurovegetativos, neurohormonales y neuroinmunes.
Es el origen de las disfunciones fisiológicas manifestadas en forma de síntomas (dolor, inflamación, contracturas, digestiones pesadas, diarrea, hinchazón abdominal, cefaleas, dolor premenstrual y menstrual, retención de líquidos, mareos, acúfenos, opresión en el pecho, taquicardia, alteraciones del sueño...etc). Con el paso del tiempo, si estas informaciones no son eliminadas, se instaurará la patología (osteoartritis, hernia discal, ciática, alteraciones posturales, gastritis, migrañas, quistes o miomas uterinos, cistitis de repetición, alergias...).
La respuesta de cada individuo frente a un agente estresante determinado es específica, al igual que su tratamiento y su proceso de recuperación.
Neurociencia Osteopática Integral no trata enfermedades, sino enfermos.
Es de vital importancia remarcar que los agentes estresantes traumáticos, nutricionales y sobretodo psicológicos, afectan frecuentemente al tejido nervioso del Sistema Nervioso Central, cerebro y médula espinal. Se producen patrones tensionales bioeléctricos del SNC. Son cambios en la organización físico-electroquímica del tejido nervioso que modifican el estado de tensión (tensión neural) y la dinámica o actividad de su campo fluídico anatómico, y que incluso pueden llegar a afectar la función del campo bioeléctrico embriológico del propio Sistema Nervioso Central. Todo ello probablemente genera una desorganización a nivel de su tejido conectivo o de sostén (tensegridad) y/o un desequilibrio a nivel electroquímico.
Por lo que diferentes regiones medulares y las estructuras cerebrales en relación con el sistema cognitivo y emocional del individuo, con centros neurovegetativos y hormonales, y con centros que regulan el tono postural pueden hiperexcitarse o hipersensibilizarse. Es el origen de la Sensibilización del Sistema Nervioso Central, en donde ciertas zonas del Sistema Nervioso Central participan en la creación, en la organización y en la cronificación del patrón corporal tensional.
Términos como memoria tisular adquieren un sentido clínico y científico.
La formación de patrones tensionales físico-electroquímicos en el SNC facilitan la hiperexcitación de ciertas vías neurológicas y/o la creación de nuevas redes o conexiones neurales (neuroplasticidad) que provocan respuestas fisiológicas condicionadas psiconeuroinmunohormonales, neuromusculares y/o de dolor crónico.
Es la base neurofisiopatológica de muchas enfermedades de la actualidad, tanto a nivel orgánico como conductual.
Así pues, el tálamo como centro integrador sensitivo. El hipotálamo como jefe de orquesta neurohormonal y neurovegetativo, y sede de los instintos primarios de supervivencia. El tronco cerebral como centro neurovegetativo, y donde el sistema reticular activador e inhibidor del Sistema Nervioso Central ejerce su máxima acción, son estructuras críticas en la comprensión global del patrón tensional corporal.
Y sin olvidarnos de la médula espinal, centro de relevo del sistema nervioso periférico, y por lo tanto punto de unión y continuidad entre los patrones bioeléctricos del SNC y los patrones tensionales corporales.
De la misma manera, la amígdala, el hipotálamo y la hipófisis, el tronco cerebral, el hipocampo, la corteza cingulada anterior, la ínsula anterior y la corteza prefrontal son estructuras cerebrales críticas en la integración y regulación de la respuesta emocional corporal. Respuesta fisiológica constituída igualmente por reflejos neuromusculares, neurovegetativos , neuroinmunohormonales y de dolor crónico.
Según la Neurociencia, las emociones son respuestas fisiológicas automáticas e inconscientes que se experimentan en el cuerpo para permitir la adaptación a las situaciones de estrés y para construir la percepción consciente del sentimiento y generar una conducta.
De manera que, en presencia de estímulos estresantes excesivos o mantenidos en el tiempo se originan estos patrones tensionales físico-electroquímicos en ciertas regiones anatómicas del Sistema Nervioso Central. El individuo sufre una Sensibilización del Sistema Nervioso Central. Es una hiperexcitación del Sistema Nervioso Central que produce modificaciones físicas y electroquímicas del tejido nervioso, que se manifiestan en forma de cambios de densidad y tensión, no solamente en el propio campo fluídico anatómico del tejido nervioso, sino también en los campos fluídicos anatómicos que lo protegen, líquido cefaloraquídeo, meninges y huesos. La actividad electroquímica del campo fluídico del tejido nervioso quedará afectada, y por lo tanto su función.
Todo ello conforma una serie de aspectos y cualidades biofísicas que pueden ser detectados por unas manos experimentadas y sensibles, y un sistema perceptivo entrenado para ello.
La Sensibilización del Sistema Nervioso Central puede ser una sensibilización parcial, cuando afecta a algunas regiones anatómicas y a sus núcleos o centros nerviosos, o una sensibilización total, cuando afecta de forma general al Sistema Nervioso Central, desde el cerebro hasta el cono medular y filum terminale. En esta última, es frecuente que se produzcan desarreglos fisiológicos en los neuroejes hormonales del Sistema Nervioso Central, en especial en el eje hipotálamo hipofisario adrenal, pero también en el eje hipotálamo hipofisario tiroideo y en el hipotálamo hipofisario gonadal.
La medicina y la neurociencia reconocen la interacción entre el cuerpo y la mente. Admiten que las emociones, sentimientos, pensamientos e incluso la personalidad ocasionan un gran impacto en el funcionamiento y en la salud de las células del cuerpo (neurobiología de las emociones).
Es el inicio de un cambio de paradigma en la medicina, es la aceptación de que muchas enfermedades son causadas o pueden agravarse por el estrés psicológico. En los próximos años a medida que se vaya adquiriendo más conocimiento científico sobre el funcionamiento del cerebro se irá instaurando progresivamante en la práctica clínica diaria.
Enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial y la colesterolemia; enfermedades digestivas como las gastritis crónicas, úlceras, infecciones por Helicobacter pylori, incluso las hernias de hiato, colon irritable...; enfermedades inmunológicas como las alergias respiratorias, dermatitis atópica, intolerancias alimentarias, migrañas, psoriasis, artritis reumáticas, infecciones de repetición, hipo o hipertiroidismo autoinmune y quizás la diabetes tipo I...; enfermedades hormonales como desarreglos menstruales, miomas, ovarios poliquísticos, infertilidad femenina, disminución de la libido, disfunción eréctil, enfermedades tiroideas, diabetes tipo II...; enfermedades conductuales como la ansiedad y la depresión...; enfermedades neurodegenerativas como las demencias cognitivas y seguramente Alzheimer y Parkinson; desequilibrios de los reflejos neuromusculares posturales como las alteraciones de la estática postural, la escoliosis idiopática juvenil; fibromialgia y fatiga crónica tienen todas ellas un sustrato neuropatológico importante.
Se pueden llegar a considerar como conductas neurofisiológicas, es decir, reflejos condicionados que se originan a nivel subconsciente o subcortical, y una vez estas repuestas neurofisiológicas son aprendidas y consolidadas en la memoria a nivel del hipocampo entran a formar parte de la conciencia del yo. El individuo se identifica con ellas. Experimenta la realidad influenciado por la activación de estos nuevos circuitos neuronales, materializados en forma de patrones tensionales físico electroquímicos condicionados que lo alejan de su originalidad como ser.
Indudablemente una vez llegado a este punto, se pone de manifiesto la importancia que puede tener el aspecto cognitivo y emocional en la programación y en la desprogramación de estos patrones tensionales físico electroquímicos. Es aquí donde los ámbitos de la Neurociencia del estrés, del comportamiento y del dolor pueden tomar relevancia en el tratamiento.
Sin embargo, después de todo el conocimiento académico y toda la experiencia clínica adquirida como osteópata y fisioterapeuta durante más de 25 años, que me ha permitido desarrollar la habilidad de comprender el lenguaje del cuerpo y su modelaje, después de adentrarme en el apasionante mundo de la neurociencia, que me dio la base de conocimiento de la neuroanatomía, neurofisiología, neuroquímica y neuropatología, y que me permitió profundizar en el campo de la neurofisiología y neurobiología del estrés, he descubierto la importancia clínica de desprogramar manualmente estos patrones tensionales físico electroquímicos del SNC que están manteniendo en el tiempo estos reflejos neurofisiológicos en el cerebro y en el cuerpo.
De hecho muchos de los tratamientos farmacológicos, de fisioterapia, psicológicos, dietéticos, homeopáticos, de acupuntura...etc, incluso de osteopatía tradicional no funcionan completamente o no son estables en el tiempo porque no se ha sabido diagnosticar y tratar una sensibilización central.
El concepto de patrón corporal tensional es mucho más amplio y complejo que la noción de disfunción osteopática que utiliza la osteopatia tradicional. Este nuevo planteamiento clínico osteopático posibilita que el concepto de unidad y globalidad en el cuerpo, pase de ser empírico a ser científico.
La Neurociencia Osteopática Integral abre las puertas a una mejor comprensión del funcionamiento estructural, fisiológico y conductual del cuerpo, y por lo tanto, facilita la aplicación de un tratamiento terapéutico manual que permite dar un salto cualitativo en la eficacia y resolución de muchos de los problemas de salud que sufren las personas.
Un patrón corporal tensional está definido por 3 características principales:
Forma. Es el contorno, los límites, el espacio que ocupa el patrón tensional. Es la figura que se crea entre nuestras manos, que contiene la información del tejido, del fluído y de su actividad bioeléctrica. Por ejemplo un patrón torsionado, lineal, curvo, asimétrico…etc.
Cualidad. Es la calidad tisular del patrón tensional. Los tejidos, los campos fluídicos anatómicos y los campos bioeléctricos pueden manifestar cualidades de tensión, vibración, densidad, dureza, resistencia, compresión, tirantez, congestión, condensación, fuerza, debilidad, vacío, luminosidad, oscuridad, temblor, quietud, frío, calor, humedad, sequedad...
También puede manifestar colores, emociones, olores...
Todas estas cualidades están en relación con el patrón corporal tensional específico de cada individuo, pero también con el sistema perceptivo del terapeuta. Cada sistema perceptivo capta mejor ciertas cualidades que otras de forma natural.
Dinámica. Los tejidos y el campo bioeléctrico del patrón corporal tensional expresan su dinámica y actividad físico-electroquímica específica. La dinámica que el patrón adopta lo hace en la dirección de la facilidad, y está en relación recíproca con su forma. Esta dinámica o actividad es directamente proporcional a la resistencia físico-electroquímica de los tejidos y/o del campo bioeléctrico del cuerpo. El patrón corporal tensional está organizado y mantenido, o bien, por su fulcrum corporal disfuncional, o bien por el fulcrum embriológico o espacio bioeléctrico embriológico, y son los factores que determinan su dinámica particular.
Juan Manuel Gómez Andrés
Director Neurociencia Osteopática Integral
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