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Dinámica inherente

Es el término que he decidido utilizar para este movimiento rítmico e involuntario de cada estructura del cuerpo. También puede ser denominado como la impulsión rítmica tisular, motilidad inherente, movimiento respiratorio primario, ritmo craneosacro, impulsión rítmica craneal (IRC)…

Esta dinámica inherente puede ser considerada como un ritmo fisiológico corporal, como lo son el ritmo respiratorio y el ritmo cardiaco, aunque es parcialmente independiente. En realidad actualmente no podemos precisar científicamente cuántos factores fisiológicos están implicados, ni qué sistemas orgánicos o estructuras orgánicas están directamente relacionadas con la manifestación de esta dinámica inherente.

No obstante, los padres de la osteopatía postulaban en el siglo XIX, que el cuerpo está influenciado por las leyes de la naturaleza. En la actualidad, a pesar de que los hallazgos científicos de la física cuántica respecto a la Teoría del campo unificado están muy avanzados, todavía no se puede afirmar rotundamente que aquellos grandes pensadores y observadores estuvieran en lo cierto.

Se establecen hipótesis de factores o fuerzas fisiológicas que están detrás de la expresión de esta dinámica. Como por ejemplo, la motilidad inherente del sistema nervioso central (SNC), la fluctuación del líquido cefaloraquídeo (LCR) o del conjunto de los líquidos corporales en general (cambios de presión), la movilidad y la dinámica inherente de las membranas de tensión recíproca ( membranas durales y extradurales), la movilidad y la dinámica inherente de los huesos del cráneo (elasticidad sutural y plasticidad intraósea respectivamente), la movilidad y la dinámica inherente del sacro (sistema cráneosacro), el sistema cardiorespiratorio, las fuerzas celulares e intercelulares, las fuerzas de desarrollo embrionario… e incluso según la física cuántica, la importancia del mundo de las partículas subatómicas como agente causal, presente en todos los procesos vitales.

El criterio científico más correcto sería afirmar que existe una dinámica inherente que se manifiesta en todo el cuerpo, debido a las fascias y al líquido extracelular, pero que no se sabe científicamente los factores más importantes conocidos o por descubrir que explicarían esta actividad o impulsión rítmica inherente.

Está claro que todas estas estructuras y fuerzas inherentes forman parte de un sistema homeostático muy potente para la conservación o recuperación de la salud del organismo. De ahí su denominación de sistema fisiológico primario (sustituyo el antiguo término de mecanismo respiratorio primario), ya que está implicado en la fisiología del sistema nervioso, el cual desarrolla un papel primordial en la regulación de la homeostasis del cuerpo; influye en el metabolismo celular, haciendo que cada célula sea drenada rítmicamente mejorando sus procesos de intercambio;  y está en relación con las fuerzas dinámicas de desarrollo embrionario grabadas en los fluídos y los tejidos. También es considerado primario porque parece estar influenciado por la fuerza vital inherente al cuerpo y a la vida. Por lo que podemos decir que transporta un principio ordenante, una sabiduría esencial para el funcionamiento fisiológico de todas las funciones vitales.

La manifestación de esta dinámica inherente en el cuerpo puede ser percibida por las manos sensibles del osteópata en una forma global de expansión y retracción de los tejidos. Aquí se debería precisar mucho más ya que existen diferentes expresiones dinámicas con diferentes ritmos según el nivel de exploración, pero de momento creo que es mejor así.

Esta impulsión rítmica junto a la calidad tisuar, fluídica y bioenergética es utilizada como medio diagnóstico y terapéutico. Se puede aprender a facilitar y a dirigir terapéuticamente este ritmo, para cambiar el estado de los tejidos, de los campos fluídicos y de los campos bioenergéticos. De la misma manera que se puede actuar directamente sobre los patrones corporales disfuncionales para recuperar la expresión de esta dinámica inherente tan importante para el organismo.

Cada una de las estructuras  implicadas en la creación de esta dinámica inherente puede estar en disfunción e influir negativamente en su manifestación, por lo que puede ser necesario tratar cualquiera de ellas.

 

Juan Manuel Gómez Andrés

Director Clínico del Institut Osteopàtic Integral

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