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Concepto de disfunción osteopática en el modelo biodinámico

La definición de disfunción osteopática en el modelo osteopático biomecánico viene definida principalmente por dos parámetros: restricción de la movilidad y cambio de la calidad de los tejidos.

El concepto de disfunción osteopática en el modelo biodinámico no difiere mucho en cuanto a su definición, pero sin embargo muestra diferencias significativas en cuanto al significado disfuncional y a su interpretación clínica osteopática (ver patrón corporal disfuncional).

Las principales manifestaciones fisiopatológicas de la disfunción osteopática en el modelo biodinámico son:

  • Cambio de la calidad tisular, fluídica y bioenergética en sus aspectos de densidad y tensión, proporcionándonos información sobre la tonalidad del patrón corporal disfuncional existente en una determinada zona  del cuerpo.
  • Cambio en la cualidad de la dinámica inherente tisular en sus aspectos de amplitud, intensidad (potencia), ritmo(frecuencia) y simetría en una zona determinada del cuerpo donde existe un patrón corporal disfuncional. Nos proporciona información diagnóstica sobre la resistencia del tejido a su dinámica (elasticidad y plasticidad) y la cualidad de esta dinámica.
  • Alteración de la dinámica o actividad inherente del campo fluídico anatómico, creando un patrón corporal disfuncional congestivo.
  • Concentración bioenergética en un punto determinado, creando un fulcrum corporal disfuncional.

 

Fulcrum corporal disfuncional 

Podemos definir un fulcrum como un punto en torno al cual se produce el movimiento.

En osteopatia definimos un fulcrum corporal disfuncional como un punto de quietud, dentro de un patrón corporal disfuncional donde la energía queda atrapada y se vuelve inercial. Esta concentración de energía inercial (potencia biocinética o causal y potencia biodinámica) puede ser palpada por el osteópata, en forma de densificación, condensación y quietud.

El patrón corporal disfuncional (tejido, fluido y potencia) y por lo tanto su dinámica se organiza en torno al fulcrum disfuncional. Los tejidos y los campos fluídicos anatómicos se tensan hacia él en forma de torsión, compresión… los fluídos se condensan a su alrededor y la energía queda atrapada en él, por lo que se produce una alteración de la fisiología local y/o general (ver presentación del modelo biodinámico).

Para ser eficaz en el tratamiento tenemos que dirigirnos principalmente al origen del problema, es decir al fulcrum corporal disfuncional que es donde se encuentra atrapada la energía del campo fluídico anatómico.

Por lo tanto, tenemos que estar atentos de los cambios que se producen en el fulcrum corporal disfuncional y en la totalidad del patrón corporal disfuncional, para poder valorar la evolución del tratamiento. A medida que el fulcrum disfuncional se va resolviendo, sus características físicas de densidad, tensión, condensación, e inercia, se van modificando.

El patrón corporal disfuncional al modificar la calidad de su estado biofísico y su dinámica, modifica su forma.

Los tejidos y los campos fluídicos anatómicos vuelven a organizarse en torno a sus fulcrums anatómicos, y la fisiología puede manifestarse de una forma más plena.

No debemos olvidar que la localización del fulcrum corporal disfuncional puede estar alejado de la zona donde se encuentran los síntomas, e incluso de la zona patológica. Además es bastante frecuente la asociación de varios fulcrums disfuncionales entre sí, creando cadenas lesionales, puentes de comunicación.

En el cuerpo también existen fulcrums fisiológicos o anatómicos que son zonas de intersección o cruce de tejidos por lo que son zonas de densificación natural, en torno a las cuales se expresa la dinámica inherente.

Ej. Fulcrum de Sutherland (confluencia de la tienda del cerebelo y la hoz del cerebro), centro frénico, centro tendinoso del periné, omoplatos o huesos..???

Dentro de estos fulcrums anatómicos o fisiológicos quiero destacar significativamente la existencia de unos fulcrums embriológicos. Estos fulcrums embriológicos están más activos durante el periodo embrionario, pero mantienen su actividad a lo largo de la vida. Se puede considerar a estos fulcrums embriológicos como unos ejes o líneas funcionales embriológicas que se cree que tienen una función organizativa y de regulación del desarrollo embriológico y del crecimiento. Una vez finalizado el crecimiento, estos fulcrums embriológicos parece que participan en la regulación de la reparación o renovación de los tejidos y en la modulación de la fisiología.

Desde un punto de vista biomecánico, las articulaciones también podemos considerarlas como fulcrums anatómicos.

En la naturaleza también existe la presencia de estos fulcrums, un claro ejemplo es el ojo de un huracán.

Etiología de los fulcrums disfuncionales

  • Físicos (traumas, toxicidad, infecciones…)
  • Emocionales (estar)
  • Mentales (hacer)
  • Espirituales (ser)
  • Hereditarios (Campos electroquímicos, fulcrums embriológicos??...)

Niveles de disfunción osteopática

  • Nivel miofascial (articular)
  • Nivel osteomembranoso (sutural)
  • Nivel fluídico. En este nivel de disfunción cualquier estructura corporal se percibe y se trata como una masa líquida de densidad específica. Este nivel es muy útil en las disfunciones visceralesl, intraóseas, y del tejido nervioso
  • Nivel bioenergético, electromagnético o electroquímico...(ejes de desarrollo embriológico y sus campos fluídicos anatómicos).

 

Juan Manuel Gómez Andrés

Director Clínico del Institut Osteopàtic Integral

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