Saltar al contenido

Alzheimer y microbiota una relación evidenciada por la ciencia

El Alzheimer es una de las patologías neurodegenerativas más frecuentes. No sólo produce demencia, afectación progresiva de la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales, sino también un progresivo deterioro físico, pudiendo llegar a afectar gravemente a la calidad de vida de la persona y familiares.

En la actualidad no existe un tratamiento médico curativo, ya que no se conocen exactamente los mecanismos biológicos que causan la enfermedad.

Científicamente se han estado trabajando con varias hipótesis, pero bajo mi modesto punto de vista, muchas de ellas centradas en las consecuencias y no en la búsqueda de la causa original.

Por suerte, todos estamos de acuerdo en un punto, que representa un eslabón común, la neurodegeneración se relaciona con la neuroinflamación.

Ahora bien, qué es lo que produce la inflamación, dónde se origina, y por qué se afectan más ciertas áreas cerebrales, son las preguntas a resolver.

En los últimos años, se han realizado una gran cantidad de investigaciones que relacionan el Alzheimer y la microbiota intestinal (billones de bacterias que viven en nuestro sistema digestivo y que producen efectos beneficiosos o dañinos según las especies dominantes). La composición de la microbiota intestinal en pacientes con enfermedad de Alzheimer está alterada, en comparación con pacientes sanos. Presentan una biodiversidad bacteriana reducida y una sobrepoblación de un tipo de bacterias y disminución de otras.

Recientemente un grupo de investigadores de la Universidad de Ginebra han ido un poco más allá. Han demostrado una correlación entre la composición específica de la microbiota intestinal, el acúmulo en sangre de moléculas proinflamatorias producidas por ciertas bacterias intestinales y la aparición de placas amiloides en el cerebro, característica de la enfermedad de Alzheimer.

Moira Marizzoni, investigadora principal, afirma categóricamente: “Determinados productos metabólicos bacterianos de la flora intestinal están directamente relacionados con la cantidad de placas amiloides en el cerebro”.

Además este estudio confirma que los niveles elevados en sangre de lipopolisacáridos, moléculas de la membrana celular de algunas bacterias que tienen la capacidad de producir respuestas inflamatorias, y de ácidos grasos de cadena corta, como acetatos y valeratos, se asocian con grandes depósitos de placas amiloides en el cerebro. A diferencia de la presencia de butirato, un ácido graso de cadena corta muy estudiado y conocido por sus efectos beneficiosos para la membrana intestinal, que se vincula con una menor presencia de placas amiloides.

Parece ser que estos mediadores inflamatorios en sangre al llegar al cerebro podrían modificar la respuesta inmunológica y favorecer la enfermedad.

A pesar de que se necesita investigar más sobre el tipo de bacterias dañinas que favorecen el desarrollo de la enfermedad, este avance en el conocimiento nos permite llenarnos de esperanza para seguir luchando en el desarrollo de futuras estrategias terapéuticas.

La modulación de la respuesta inmunológica en el cerebro nos permitiría ser efectivos en los primeros estadios de la enfermedad, mediante el freno de la neurodegeneración, y sobretodo nos posibilitaría tener un efecto preventivo potenciando el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas que aumentaran la cantidad de ácidos grasos de cadena corta, como el butirato, con propiedades neuroprotectoras y antiinflamatorias.

Dentro del campo de la modulación de la respuesta inmunológica o inflamatoria, Neurociencia Osteopática Integral lleva también trabajando muchos años en la modulación de las patrones tensionales en el cerebro, originados por la hiperexcitación neural y glial, típica de los síndromes de sensibilización central.

Neurociencia Osteopática Integral trabaja en la hipótesis de que las áreas subcorticales, en especial la región del tronco del cerebelo, contribuyen a generar un estado proinflamatorio cerebral que favorecería el proceso neurodegenerativo.

Neurociencia Osteopática Integral seguirá empujando en esta dirección, esperando que algún día toque a la puerta un proyecto ambicioso de investigación.

Bibliografía:

-Microbiota and neurodegenerative diseases. Marizzoni Moira et al. Current opinion in neurology. Volumen 30, Number 6, December 2017.

-Unhealthy gut, unhealthy brain: the role of the intestinal microbiota in neurodegenerative diseases. Joy Spielman Lindsay et al. Neurochem int. November 2018.

-The role the gut microbiota in pathogenesisof Alzheimer´s disease. Bostanciklioglû. Journal of Applied Micobiology. February 2019.

Juan Manuel Gómez Andrés
Director Clínico Nerociencia Osteopática Integral
(c) 2021. Todos los derechos reservados