Cada vez más estudios demuestran que la meditación y el mindfulness producen cambios en la estructura y la función de ciertas áreas del cerebro.
Después de 40 días de entrenamiento en mindfulness las técnicas de imagen revelaron cambios en el precuneus y el el córtex cingulado posterior.
Áreas que se relacionan con la percepción de uno mismo, la percepción de los pensamientos y emociones de los demás y la regulación emocional respectivamente.
Además puedieron constatar una disminución de las tendencias depresivas y ansiosas.