- Dígale a su ego que se relaje y permita que otras manos le escuchen.
- Cualquier información es importante para la búsqueda de las causas que están detrás de su problema. Una buena y verdadera historia clínica es la base de todo tratamiento.
- Piense cual es el motivo principal de su consulta. Aquello que realmente le gustaría resolver.
- Es aconsejable no ingerir alimentos ni bebidas pesadas unas horas antes de la sesión. Una buena hidratación será beneficiosa para obtener mejores resultados en el tratamiento.
- Después de la sesión:
> Es una buena idea caminar 5-10 minutos. El paseo ayuda al cuerpo a adaptarse mejor a su nuevo estado de equilibrio.
> Beba mucha agua y haga una dieta ligera durante 2 o 3 días después de la sesión. Cuando los tejidos llevan mucho tiempo tensos y bloqueados, al liberarlos puede haber una liberación de metabolitos, toxinas en el torrente sanguíneo. De esta forma ayudará al cuerpo en su proceso y disminuirá o evitará las reacciones post-tratamiento como, cansancio, dolor generalizado… específicas para cada persona y estado de salud.
> Evite situaciones estresantes sobretodo el primer y segundo día después de cada sesión. A veces puede ser difícil, pero por lo menos sea consciente. Su cuerpo, mente y espíritu se lo agradecerá.
>Evite sobretratamientos en un intervalo de tiempo demasiado corto, puede producir una sobreestimulación para el organismo. Durante los 2 o 3 días después de la sesión no es aconsejable recibir tratamientos de fisioterapia, acupuntura, masajes y otros tipos de tratamientos físicos.
> Aunque se sienta mucho mejor, con más fuerza, su cuerpo todavía está vulnerable y adaptándose a su nuevo estado de equilibrio durante algunos días. Deje a su cuerpo descansar y curarse. La curación puede llevar algún tiempo, depende de cada persona. Evite movimientos bruscos y cualquier actividad vigorosa y/o estresante durante las 24-72h después del tratamiento.
La respuesta al tratamiento también es específica para cada persona. No hay dos personas que respondan igual al mismo tratamiento. El estado de salud físico, emocional, mental y espiritual determina la reacción y el tiempo de duración del proceso terapéutico.
La cronicidad del problema, el grado de afectación anatómica de los tejidos dañados, la complejidad de la organización del patrón tensional (postural o traumático, bioquímico, nervioso…), la vitalidad disponible por cada individuo en el momento del tratamiento son factores que determinan la evolución del mismo.
Cuando se ha tenido un problema durante años o la lesión de los tejidos es importante es poco probable que se recupere completamente con 1 o 2 sesiones, a pesar de que pueda encontrarse mucho mejor. Es necesario tener espectativas realistas. El cuerpo nos indicará en todo momento sus necesidades y nos marcará el fin del tratamiento.
La aparición espontánea de algún síntoma es producto de la instauración mucho tiempo antes de un proceso patológico. El organismo está luchando constantemente para mantener el equilibrio local y general, pero una vez sobrepasada su capacidad de adaptación aparecerán manifestaciones clínicas, es decir la instauración de una alteración funcional u orgánica.
El osteópata simplemente va a ayudar a restablecer o mantener el estado de salud del individuo, propondrá un plan o proceso terapéutico con el objetivo principal de recuperar el máximo bienestar en el mínimo tiempo posible.
Cada uno de nosotros somos responsables de nuestra salud, poner los medios necesarios para colaborar con nuestro organismo es la actitud más inteligente a corto y largo plazo.
Si tratamos a nuestro cuerpo con respeto, éste nos respetará.
Juan Manuel Gómez Andrés
Director Clínico del Institut Osteopàtic Integral
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